Gracias por estar reunidos para celebrar el día Internacional de La Mujer.
Ciertas las palabras de la escritora Maya Angelou cuando dice: “Cada vez que una mujer se levanta por sí misma, se levanta por todas”.
Cunado pensamos en el término mujer, se vienen a nuestra mente frases como: guerrera, luchadora, echada para adelante, madre, hija, hermana, amiga, en fin… Pudiera seguir mencionando roles durante toda la mañana de hoy, pero más allá de describir la versatilidad de todo lo que hacemos, el simple hecho de dar vida, de formar otro ser humano dentro de nosotras, genera una sensibilidad extraordinaria, por ello percibimos el mundo y nuestro entorno de una manera diferente.
Como mujer les cuento que hace algunos años, cuando por ese mandato divino de ser madre bajo la formación gradual sistemática y académica me permitió ser la guía para la educación de mi primogénito quien requería atención especial por haber nacido sordo, fue mi primer alumno, el que logró convertir nuestro hogar en un salón de clases y trabajar con un grupo de padres para fundar la escuela de sordos, era necesario que todos nos involucráramos en hacerle entender que su condición especial no era una limitante que le impidiera ciertos privilegios lo que hizo fue sumar voluntades y vencer adversidades.
Hoy digo orgullosa ¡gracias Freddy Aquiles! tú fuiste mi primer gran maestro. Ser mujer es retarnos cada día a ser mejores, a vencer los temores y a dar un paso adelante sin querer competir con nuestras semejantes.
Este camino lo forjamos con nuestras acciones diarias, nuestro esfuerzo y dedicación.
Hoy recordamos la lucha incansable de miles de mujeres que a lo largo de la historia han enfrentado las injusticias, violencia y la marginación del patriarcado.
Conmemoramos también a las mujeres que continuamos luchando cada día y desde todos los espacios dejando huellas en nuestro hogar, las industrias, las instituciones, la política, la economía y las comunidades indígenas. Rindamos homenaje a su búsqueda incansable de justicia, a su valentía, compromiso y esperanza.
Felicito en este día a las mujeres que formamos parte de la Fundación San José, con especial aprecio a las promotoras del Programa de Formación en Valores. Gracias a cada mujer que, con su trabajo constante incesante, ayudamos a fortalecer la Venezuela que todos soñamos.
¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS!
¡Que vivan las mujeres!
